Cultura

Apareció “Trabajar de guardavidas”, libro sobre una ocupación clave en Mar del Plata

Está escrito por Raúl Edgardo Argüelles.

“Trabajar de guardavidas. Aportes y reflexiones sobre el quehacer profesional” es el libro de Raúl Edgardo Argüelles que permite conocer el desarrollo de un oficio necesario para toda ciudad costera y que, a lo largo del tiempo, fue adaptándose a las épocas y a los nuevos contextos.

Así, el libro recorre la figura del lejano bañero que acompañaba al bañista a fines del siglo XIX hasta llegar a hoy, en el que aparece un comprometido guardavidas que cuida el ecosistema costero, realiza tareas preventivas y no desvía la mirada del mar, en el que se sumergen desde surfers y familias enteras a grupos de amigos que desconocen los riesgos del océano abierto.

Argüelles se desempeña como guardavidas de la playa San Eduardo del Mar, en el sur marplatense, y trabajó en Alicante y Barcelona, España, además de brindar sus servicios en varias playas de la costa bonaerense: Villa Gesell, San Bernardo y  Santa Clara de Mar.

Además, es Licenciado en Servicio Social y combina sus intereses con la realización de documentales independientes y la escritura de guiones.

Fruto de esa enorme trayectoria en distintas áreas, nació este libro en el que profundiza en un oficio olvidado en los meses de invierno, y a veces menospreciado. “Trabajar de guardavidas propone el desafío de lo que acontece diariamente, la pura cotidianeidad del trabajo en donde hay bastantes sorpresas para cualquiera”, desliza en las primeras páginas.

Y sigue: “Ser guardavidas significa vivir y respirar intensamente el trabajo, alcanzar una plenitud humana a la que solo se llega con una vida de pasión por lo que se hace, belleza y esperanza”, afirma.

Argüelles esgrime su preocupación por mejorar el trabajo de todos los días, en el fuero interno y en el seno de los diferentes equipos de guardavidas que actúan en las playas. “No estaría de más recordar que la actividad de guardavidas por su naturaleza y finalidad (…) es eminentemente ética”, dispara.

“El colectivo profesional se moverá en una dirección ética, solo si queremos ir en esa dirección. Y de esto dependerá, en gran parte, si debemos resignarnos a aceptar el ejercicio de esta actividad como un trabajo o avanzamos hacia su profesionalización total”, escribe.

“En otros casos, la desatención de un guardavidas por su tarea es una resultante intencional: vivir de las mil y una triquiñuelas que pueda implementar para obtener ventajas personales”, agrega.

Con lenguaje ameno, “Trabajar de guardavidas” está separado en quince capítulos. En cada uno de ellos se aborda un aspecto diferente de la actividad: desde la casilla y el rescate a aspectos más subjetivos, como la importancia del pensamiento crítico y lo que llamó “el lado sombrío de la profesión”.

El libro busca, en definitiva, enaltecer un trabajo que se torna vital en una ciudad turística como Mar del Plata, que durante cerca de cinco meses, tiene una intensa actividad en sus playas y en su larga línea costera.

 

 

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